martes, 11 de octubre de 2011

El Exito a la manera de Dios

Una de las palabras que mas definiciones podría tener es “éxito”, para cada uno de nosotros el éxito es un anhelo con rostro diferente, para muchos podría ser tener mucho dinero y posesiones, es un deseo bastante común, para otros el tener una familia sana, feliz y numerosa, suena un poco mas sensato y emotivo, ganar el campeonato, ser el mejor estudiante, etc etc.

Sea cual sea la definición de éxito que tengamos, algo en común en todos nosotros es que lo deseamos ardientemente, ser exitoso definitivamente es un deseo innato en todos nosotros.

En el ámbito cristiano el éxito tiene dos facetas, por un lado encontramos lo que yo llamaría con el perdón de quien se sienta aludido “viejos odres”, permitame describir un poco a estos hermanos en la fe, los podemos encontrar los domingos camino a la iglesia muy bien vestidos de traje y corbata impecables acompañados por su familia notoriamente numerosa (aun quieren seguir repoblando el planeta sin importar las circunstancias), una esposa muy sobria a quien solo le faltaría el velo que recomienda Pablo a la iglesia de Corinto, lógicamente acompañados por sus hijos todos y cada uno biblia bajo el brazo, casi siempre los veremos caminando hasta el templo ya que tener auto es un lujo que ni pueden darse ni se lo permitirían, total, para que nos dio Dios piernas sino para caminar!, en resumen, estos hermanos tienen la firme convicción de que el dinero es algo que no debe contemplarse en el mundo cristiano, definitivamente se toman muy en serio eso de que el amor al dinero es el principio de todos los males (pensamiento totalmente bíblico y que comparto absolutamente! 1 Tim 6:10).

Por otro lado tenemos los hermanos que predican a diestra y siniestra que son hijos del Rey de Reyes y que por lo tanto ellos deben vivir como príncipes, estos hermanos no claman a Dios, exigen que les cumpla, no piden por su sustento, reclaman promesas (donde quiera que este escrito en la biblia sea promesa o no si es de dar algo ellos lo reclamaran), y si acaso no tienen la posición y posesiones que todo príncipe debería tener entonces algo esta mal con Dios, no con ellos, Dios debe estar equivocado en algo porque el cristiano tiene que ser prospero.

Si ninguno de estos dos puntos es bíblicamente acertado, entonces cual es el absoluto que declara la biblia?

Primero veamos si en verdad a Dios le importan nuestro éxito o no.

Antes de continuar debemos dejar en claro que éxito y prosperidad no son en lo absoluto sinónimos de riqueza y posesiones, y es aquí justamente donde usualmente encontramos el mayor numero de confusiones al respecto.

Si un cristiano esta pasando por un momento difícil generalmente tendemos a pensar que debe estar en pecado o debe tener alguna cuenta pendiente con Dios, de lo contrario porque Dios permitiría que un hijo suyo pasara por esta o aquella dificultad?. En palabras de nuestro primer cristiano “aaaahhhh la vida del cristiano es sufrida hay que soportar como buen mártir!” y contrastando tenemos las palabras de nuestro segundo hermano “debe ser que no tiene suficiente fe”.

Este par de opiniones son las que usualmente escuchamos, pero como en la mayoría de nuestras opiniones y creencias, no tomamos en cuenta la opinión y el propósito de Dios.
Veamos entonces que dice la biblia respecto al éxito, la prosperidad, las riquezas y las posesiones. Para ello demos un vistazo por la vida de hombres exitosos, prósperos tanto en riquezas materiales como espirituales y lo que tienen para enseñarnos.

En primer lugar visitemos al hombre mas prospero y rico de toda la biblia, por supuesto se trata de un rey, el rey Salomón, para que nos hagamos una idea de lo vasto de sus riquezas podemos leer el 2do libro de Crónicas Cap. 9:13-22, donde podemos encontrar una buena descripción de sus riquezas.

Como podemos ver a Dios no le molesta ni le incomoda que tengamos posesiones, siempre y cuando nuestro corazón le pertenezca a El, (Mateo 6:24) el problema entonces no son la cantidad de riquezas que tengamos, el problema es nuestra actitud hacia ellas.
De modo que, es claro que no es antibiblico el tener posesiones y riquezas, pero si advierte claramente la biblia acerca del amor a estas riquezas, el problema de recibir las bendiciones de Dios, es agradarnos demasiado de las bendiciones y olvidarnos del dador de las mismas. Tenemos la grave tendencia a buscar las manos de Dios en lugar de buscar El Rostro de Dios.

Muchas veces las mejor forma de “dañar” un cristiano es colmando sus deseos materiales, debemos recordar siempre que Dios conoce nuestro corazón y sabe bien donde lo tenemos puesto, si las riquezas y posesiones van a hacer que nos distraigamos del propósito de Dios para nuestras vidas, tenga la plena certeza de que Dios cuidara de nosotros negándonos esos caprichos que finalmente podrían mas perjudicarnos que bendecirnos.

Para otros el éxito puede radicar en la fama!, dicen que toda persona tiene sus 15 minutos de fama, y la biblia no es la excepción en cuanto a personajes que hayan tenido gran reconocimiento, un caso de ello seria Josue, un hombre sencillo con una gran misión, entregar la tierra prometida al pueblo de Israel, Dios no solamente le prometió estar con el como había estado con su siervo Moisés (Josue 1:1-9), sino que no bastandole con cumplir su promesa le fue grato engrandecer a Josue (Josue 3:7).
A quien de nosotros no nos gusta la aceptación y el reconocimiento? lo mas doloroso para una persona es el rechazo, y lo mas grato la aceptación y el reconocimiento.

Tenemos entonces también que a Dios tampoco le incomoda darnos reconocimiento delante de los hombres siempre y cuando la Gloria se la demos a EL.

Solo por mencionar un par de ejemplos actuales podemos ver el caso de éxito, reconocimiento y fama en personajes como Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner, o el rapero Gerardo Mejia (a quien tuve el privilegio de conocer), todos ellos son personajes reconocidos a nivel mundial, la fama no les ha sido esquiva y continúan así, a mi parecer han aprendido bien la lección, “A Dios no le molesta engrandecerte siempre y cuando le demos la Gloria a EL”.

Hasta aquí podemos entonces afirmar que Dios es por excelencia un Dios bendecidor, pero la sabiduría dada a Salomón fue dada a el, al igual que su riqueza, la fama dada a Josue fue para el también, y que hay de nosotros?. Podemos asumir que al igual que a Josue nos dará la tierra donde pongamos la planta de nuestro pie? o que al igual que a Salomón nos dará riquezas?. Lamento decepcionarle si es de los que le gusta dar paseos descalzo alrededor de ese bello terreno “reclamándolo”, Dios NO ha prometido darte esa tierra, eso fue para Josue en su momento, Dios NO ha prometido darte riquezas, Dios no ha prometido nisiquiera darte felicidad, ha prometido Gozo que es diferente, ha prometido cubrir nuestras necesidades (Mateo 6:33), y por su carácter podemos saber con certeza de que nada nos faltara.

No quiero desanimarlo ni invitarlo a pensar que Dios no puede o no quiere que tenga su casa propia, o su vehículo o su propio negocio. Si Dios es un Dios bendecidor como ya hemos visto entonces hay una sola cosa que puede limitar o impedir las bendiciones de Dios. Nosotros Mismos.

Quiero invitarlo a que lea una vez mas el libro de 1ro Reyes en el capitulo 3 referente a Salomón, esta vez preste especial atención a los versículos 3 y 4, “Mas Salomón amo a Jehová…”, lo ve usted? antes de recibir la bendición, Salomón ya tenia su corazón prendado hacia Dios, la bendición es consecuencia del amor, la obediencia y la honra que demos a Dios, no podemos esperar bendición de Dios y después bendecirlo por lo recibido, las bendiciones que Dios nos prodigue inmerecidamente en su misericordia son las añadiduras, recuerde siempre que la mayor bendición que podemos recibir, ya la recibimos anticipadamente, La Salvación y Vida Eterna, el resto son y siempre serán añadiduras y cuando tengamos claro y comencemos a verlas como tales dándole mayor importancia al dador que a la bendición, entonces!, las bendiciones ciertamente nos seguirán nisiquiera tendremos que buscarlas. (Salmo 23:6), David lo dice claramente en su conocido salmo, las bendiciones no hay buscarlas, lo que hay que buscar es el Reino de Dios, complacernos en El, deleitarnos en El (Salmo 37:4-5).

Vivimos en un mundo que en su mayoría valora las personas por lo que poseen o no, y así mismo tendemos a valorarnos por nuestras posesiones, cuan fácilmente olvidamos lo valiosos que somos para el Creador del Universo, tanto, que dio su vida por nosotros, y nosotros insistimos en subvalorarla por baratijas de este mundo.

Para finalizar y sin dejar de mencionar una vez mas el éxito, quisiera dejarle con algunos versículos que le puede dar la clave para su éxito personal, cualesquiera que sea su definición.

Josue 1:9 – Dios hace su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.
1 Cor 16:2 – Sus posesiones y prosperidad son para bendecir a otros.
Rom 12:11, Prov 22:29 – La diligencia y disciplina dan a luz inevitablemente buenos frutos.
Col 3:23 – Ponga el motivo de su esfuerzo en el lugar correcto.

Por ultimo, tenga la plena convicción y seguridad de que Dios desea lo mejor para usted.
Salmo 40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados.

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